Las nuevas tecnologías, sobre todos las situadas en la
red, constituyen una fuente que permiten variar las formas de hacer las cosas
para atender a los resultados deseados.
Las nuevas tecnologías pueden emplearse en el sistema educativo de tres
maneras distintas: como objeto de aprendizaje, como medio para aprender y como
apoyo al aprendizaje.
En la actualidad es normal considerar las nuevas tecnologías como objeto de
aprendizaje en si mismo, ya que permite que los alumnos/as se familiaricen con
el ordenador y adquieran las competencias necesarias para hacer del mismo un
instrumento útil a lo largo de los estudios, en el trabajo o en la formación
continua cuando sean adultos.
Se consideran que las tecnologías son utilizadas como un medio de aprendizaje
cuando es una herramienta al servicio de la formación a distancia, no
presencial y del auto aprendizaje o son ejercicios de repetición, cursos
en línea a través de Internet, de videoconferencia, cederoms, programas de
simulación o de ejercicios, etc.
Este procedimiento se enmarca dentro de la enseñanza tradicional como
complemento o enriquecimiento de los contenidos presentados.
Pero donde las nuevas tecnologías encuentran su verdadero sitio en la enseñanza
es como apoyo al aprendizaje. Las tecnologías así entendidas se hayan
pedagógicamente integradas en el proceso de aprendizaje, tienen su sitio en el
aula, responden a unas necesidades de formación más proactivas y son empleadas
de forma cotidiana.
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